Congreso se convierte en espacio de esperanza y fortaleza
22 de Octubre.- En
el marco del Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama, el
Congreso del Estado se convirtió en un espacio de esperanza, fortaleza y
profunda sensibilidad al dar voz a mujeres sobrevivientes quienes compartieron
sus testimonios ante las y los diputados locales, dejando en cada palabra un
mensaje de vida, valentía y amor propio.
La
sesión solemne, rindió homenaje a mujeres que han enfrentado la enfermedad con
determinación y coraje, reafirmando el compromiso de fortalecer las acciones de
prevención, atención y acompañamiento integral para pacientes con cáncer.
“Mi
cicatriz es mi medalla”, expresó Mary Itzel Tronco García al hacer uso de la tribuna
y compartir su experiencia de vida. Con voz firme y mirada serena, recordó que
su diagnóstico de cáncer de mama etapa tres marcó un antes y un después en su
historia.
“Mi
vida es un testimonio de que sí funciona cuando se invierte y se gestiona con
sensibilidad en la salud. Mi cicatriz es mi medalla, pero también es una
advertencia, ya que representa a miles de mujeres que día con día luchan con
quimioterapias, efectos secundarios o esperando una cita.
Por
su parte, Juana María Ávila Ramírez, vecina de Durango capital, compartió un
mensaje cargado de esperanza al recordar el día en que una revisión rutinaria
cambió su destino y la llevó a enfrentar la palabra cáncer como una sentencia.
“El
cáncer no me quitó la vida, me enseñó a valorarla. Aprendí a disfrutar del olor
al café, del sol de la mañana y del simple hecho de estar viva”, expresó. Hoy,
aseguró, corre junto a sus hijos y nietos en carreras de prevención, cumpliendo
una promesa hecha a sí misma, vivir con plenitud.
En
otro momento profundamente emotivo, Nathiely Cuéllar Deras, de 41 años, narró
siete años de lucha, quimioterapias, cirugías y reconstrucción mamaria, que
definió como un proceso de sanación física y emocional.
“El
cáncer me cambió, me retó y me reveló una versión de mí que no conocía. No
elegí tener cáncer, pero sí elegí cómo vivir esta historia. Si mi testimonio
inspira a otra mujer a no rendirse, todo habrá valido la pena”, dijo con la voz
entrecortada.
Desde
la Comarca Lagunera, Elba Lucía Olvera Gutiérrez compartió su experiencia con
un toque de humor, valentía y realismo. Narró cómo una sensación extraña
mientras realizaba labores domésticas fue el inicio de su diagnóstico.
“Sentí
una bolita y pensé que era un calambre. No fui al médico por miedo, y ese miedo
casi me cuesta la vida. Hoy, cuando alguien me pregunta qué hacer, les digo, váyanse
a revisar, no esperen más”, relató a tener el propósito de inspirar a más
mujeres a cuidar su salud.
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